maraña

(...)algo de verdad, ¿existe? Estoy segura de que sí. Pero falta algo. Claro, es esa la sensación en medio de una nebulosa, me voy moviendo, me voy nutriendo y tiñiendo del color del aire.
(...) Bueno, o sí, pero como a veces temo, creo que se reflejará el miedo en el universo y este colisiona, no en contra mío, sino que cuando uno teme las cosas no se dan.
(...) ya estoy cansada. Cansada de no encontrarme, o de no conformarme con lo que encuentro. Cansada de buscar. Cansada de la destrucción de la construcción. Cansada de que mis partes dormidas sigan durmiendo. Y la magia de esta existencia que no se desgaste. Hoy veo tristeza en mis ojos, mis ojos gritan su necesidad, en mis ojos se ve algo solitario, algo verde, algo que brilla, y sobre todo algo que falta, y una búsqueda de complicidad o de identificación en los otros ojos que veo, que me son desconocidos pero igual me atrevo a buscar en ellos.
Esta delicadeza frágil tiene sed de amor.
Y un aburrimiento ferozmente tranquilo salvo los lunes a la noche que tengo clases de teatro y salgo eufóricamente contenta y pasional, allí todo es fácil, probablemente porque mato mi ego encarnando otros.
Definitivamente hay cosas que llevan al vacío, cosas que llevan al miedo, cosas que llevan a las cumbres. Todas las cosas llevan a cosas. Todo tiene su efecto, golpe y caída, puntería y vuelo.
En este momento una abeja liba una flor y tras ella se escuchan los ruidos de los albañiles en la esquina de casa.
Últimamente intento quebrantar cosas que no se quebrantan. Hacer aparecer cosas que no aparecen. Ya sé, no soy maga. Pero tenemos poder. (...) desplego mis alas y corro a conocer la apertura de las calles, la luz del sol en el afalto, que pese a que siempre caminé en ellas, aún no son naturales. Tal vez porque soy yo quien está desnaturalizada (...) se alimenta de mis pensamientos y hasta que estos pensamientos no mueran, tampoco lo demás. Tengo que hacer alquimia.